Sor Juana Inés de la Cruz
Uno de los grandes misterios del siglo XVII inició en Marzo de 1694, cuando el "monstruo" literario de mayor fama en la capital de la Nueva España decidió renunciar a las letras y a sus estudios científicos para dedicarse por completo a la vida conventual. ¿ Qué sucedió?
Conocida como Juana de Asbaje y Ramírez de Santillana o como Juana Ramírez de Asbaje, nació en la alquería de San Miguel Nepantla el 12 de Noviembre de 1651. Allí entre volcanes, pasó sus primeros años. fue hija natural de la criolla Isabel Ramírez y un capitan de origen vasco, Pedro Manuel de Asbaje. Debido a la escasa presencia del padre ella optó por el apellido materno.
Su primer encuentro con las letras fue gracias a su abuelo Pedro Ramírez, quien poseía una vasta biblioteca. Era un hombre rígido, buen lector y poeta que leía una antología de poetas latinos en lo que iba haciendo sus muy particulares anotaciones que luego leería a la pequeña Juana Inés.
Además de los libros las muchachita se divertía conversando con los empleados de la hacienda, conformados por labriegos, esclavos, negros y mulatos, con lo que también aprendió a hablar náhuatl.
Niña prodigio
Antes de cumplir los tres años, ya daba muestras de su talento. Acompañó a una de sus hermanas a la escuela y con mentiras quiso convencer a la maestra para que le diera clases, argumentando que su propia madre había dado instrucciones para que se le enseñara. La profesora se negó inicialmente, pero cuando se dio cuenta del talento que poseía la niña accedió. Para cuando se enteraron la chiquilla ya sabía leer y se había contagiado de una gran pasión intelectual.
Este frenesí intelectual fue relatado por la futura monja cunado dice que dejó de comer queso pues se rumoraba que era una golosina que podia "entontecer". Cuatro años después ya destacaba por sus conocimientos y por su soltura al escribir y leer. Se propuso convencer a su madre para que la mandase a estudiar a la capital, donde se sabía que había escuelas que enseñaban ciencias, pero la madre no la dejo salir de la hacienda por lo que Juana se conformó leyendo viejos libros de la biblioteca del abuelo. De acuerdo con el escritor Ermilo Abreu Gómez, entre las lecturas que influyeron notablemente en la niña se contaban las obras de Virgilio, Horacio, Ovidio, San Agustín, San Cipriano y San Jerónimo.
Rosario Castellanos
la describe como una niña prodigio que a los ocho años de edad obtuvo un premio
literario que se daba en la vecina
Amecameca y en donde la niña se presentó con un Loa al Santísimo Sacramento,
cuyo primer premio fue un libro.
Mujer que sabe latín.
El destinó ya la había escogido para las mejores suertes intelectuales. Tras la muerte de su abuelo, su madre quedo a cargo de la hacienda y Juana Inés llegó a vivir a México con su tía materna María Ramírez, casado con un hombre poderoso e influyente en la corte virreinal.
En la capital tomó unas cuantas lecciones de latín con el bachiller Martín de Olivas, a quien después dedicaría varios sonetos.
Durante esta época mostró mesura y comportamiento ante los galanteos de los que era presa por parte de los jóvenes mossos.
Tomar los hábitos
Acaso, como señalo Octavio Paz, "el conocimiento es transgresión" o quizá porque en el siglo XVII novohispano el "Statu quo" de las mujeres sólo abarcaba las labores del hogar: bordar, cocinar, tener hijos, decidió tomar los hábitos ante la imposibilidad de acudir a la universidad. Otras lo atribuyen a su negativa ante el matrimonio y su afán de conocimiento.
A su ingresó al convento de San Jerónimo trajo consigo una esclava con la que vivió de niña, quien después de su ordenamiento la dejó en libertad. Pese a sus actividades intelectuales y científicas, también realizaba obras de caridad, atendía enfermos y tenía el cargo de contador del convento, revisando gastos e ingresos de la orden religiosa.
En 1689, apareció el libro "Inundación Castálida" que la situó en la cumbre literaria tanto de América como de Europa. Empezó a ser llamada "Décima Muza" y "Fénix" de México. Su mayor obra maestra fue "primero sueño".
La vida de la gran muza y religiosa fue extinta el 17 de abril de 1695, a causa de la peste que azotaba a la nación. Su funeral fue presidido por el religioso Aguilar y Seixas.
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Creo que esta MUJER es un ejemplo para su tiempo de la fuerza que puede lograr una Fémina, pues como bien lo dices Sor Juana se alejo del papel común de la mujer, para seguir su pasión, creo que estos ejemplos de tenacidad pueden rescatarse en las aulas, tan complejas sus letras pero tan ricas en historia, creo que conocer su legado y proponerlo a nuestros alumnos puede generar que los chicos regresen a la lectura y escritura.
ResponderEliminarUn gran ejemplo de esta mujer, la cual nunca se dio por vencida y logro lo que ella tanto deseaba, ejemplos como estos son dignos de recordar a nuestros alumnos, ya que nos permiten fomentar ciertos aspectos y lograr que ellos se interesen por la lectura que es parte fundamental en su formación.
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