REFORMA ENERGÉTICA: LA PRIVATIZACIÓN SIMULADA DE PEMEX
Petróleos Mexicanos es la segunda
empresa más importante de Latinoamérica y se encuentra entre las seis
petroleras más rentables del mundo. Es la primera empresa petrolera en margen
antes de impuestos, la primera en margen de operación y la segunda en margen
bruto. Los costos de producción de PEMEX en 2012 se ubicaron en alrededor de
6.12 dólares por barril, por debajo de lo que invierten empresas como Total
(6.57 dólares), Statoil (7.19), Exxon (9.45), Conoco (9.70), British Petroleum
(10.08), Eni (10.86), Shell (11.0), Petrobras (12.89) y Chevron (13.98 dólares
por barril). Los costos de exploración y desarrollo se ubicaron en 16.13
dólares por barril, contra los 18.71 dólares de la italiana Eni, la privada
estadunidense Chevron (21.47) y la estatal noruega Statoil, con 27.99 dólares
por barril. Es por ello que la estrategia actual de atacarla resulta
complicada, dado que es rentable, muy rentable. Ni siquiera la maniobra de
reducir a partir de 2005 la producción de 3.4 a 2.5 millones de barriles
diarios ha funcionado.
El abandono de la inversión en PEMEX
por la política más predadora del mundo -la paraestatal paga el 67.4% de sus
ventas totales en impuestos-, un sindicato que sobreemplea mano de obra que
encima no labora así como los altos índices de corrupción, son los grandes
problemas de la paraestatal que por cierto, la Reforma Energética no toca.
Durante las últimas 4 décadas no se le
permitió a PEMEX invertir en la construcción de alguna refinería, lo que
provoca altos costos por la importación de productos ya procesados. Una buena
política pública aprovecharía la sobre oferta de refinerías en el orbe que
adquiridas a precio de remate, resultarían en una buena inversión incluso si no
se pretende edificar más en territorio mexicano derivado del horizonte de
extracción proyectado.
Es cierto que a pesar de tener
convenios en investigación con gigantes como Shell, PEMEX no cuenta con
tecnología de punta para explorar aguas profundas y aquella que puede adquirir
va una generación atrás. Sin embargo, las características de las aguas
profundas mexicanas suponen retos mucho menores al de otros lugares en regiones
inhóspitas del mundo, razón por la cual la tecnología que se puede adquirir en
el mercado actualmente, es suficiente para llevar a cabo tal empresa.
Así, no hay necesidad de que el
gobierno mexicano celebre contratos que les sean perjudiciales –las petroleras
se quedan desde 60 hasta 98 por cada 100 barriles extraídos- ni de hacer
compromisos a la espalda de los ciudadanos. Peña Nieto en todo momento ha
aprovechado los foros donde participa para manifestar la necesidad de abrir a
PEMEX a la inversión privada como si de subastar la paraestatal se tratara, sin
atender, que son las petroleras privadas las que van perdiendo terreno frente a
las públicas a escala mundial.
Las empresas privadas tampoco son un
sinónimo de productividad. Tomado de lemonde.fr
El consumo interno también queda
perfectamente cubierto con 1.5 de los 2.5 millones de barriles diarios que
actualmente se producen; la meta de aumentar otro millón más esta producción se
debe a las presiones de Washington por cubrir su demanda petrolera, la cual
alcanza los 20 millones de barriles. Los Estados Unidos harán lo que sea para
satisfacer su demanda energética y esta cada vez es más voraz. Bajo las
proyecciones más optimistas –porque las reservas son calculadas conforme el
consumo de ahora y no de acuerdo al crecimiento de demanda exponencial- el
petróleo comenzará a escasear en no más de 40 años a escala mundial y en menos
de 10 para México al haber llegado a su horizonte petrolero, aunque
precisamente el chantaje consiste en destacar que la explotación de yacimientos
en aguas profundas lo llevaría a conservar su ritmo otras tres décadas más y es
para ello que tendría que abrirse a la inversión privada.
Afectaciones
en las Finanzas
Si bien es posible que mediante la
estrategia que ha venido implementando el gobierno de Peña Nieto sean capaces
de resolver el tema de la percepción mediante la manipulación de las masas y la
desinformación, el rubro de las Finanzas es mucho más delicado dada la alta
dependencia del gasto público respecto la renta petrolera.
Adelgazar la nómina de la burocracia
gubernamental centralizada es una opción, toda vez que 76 centavos por cada
dólar erogado va al gasto corriente y de este, 58 por es destinado a salarios y
pensiones. Son más de 24 mil los mandos medios y altos que perciben sueldos
exorbitantes -muy distintos al de los restantes 600 mil trabajadores- además de
persistir la duplicidad de funciones y muchos otros vicios más. Sin embargo, lo
más seguro es que no sean tocados por ser estos los operadores del voto
ciudadano, ese gasto necesario para preservarse en el poder.
Por rubros, se destina a Educación un
21% del gasto público total, seguido de Salud con un 11%. Así, tres por cada 10
pesos son destinados a estos rubros y esa es la razón de que las reformas vayan
enfocadas a adelgazar dicho gasto, que a diferencia de otros rubros sociales,
no les permite coaccionar el voto.
Una privatización de PEMEX que suponga
en los años venideros una disminución de los ingresos que actualmente aporta
por la mitad, dejaría un boquete fiscal del 19% donde las reducciones en
educación y salud compensarían dos terceras partes del faltante y el aumento en
otros ingresos así como ahorros, la cantidad restante.
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