viernes, 25 de octubre de 2013

Reforma Hacendaria: cargar la mano a los contribuyentes cautivos

La recaudación de impuestos cae sobre los que menos tienen. El 48% de la recaudación de ISR lo hacen los asalariados de México, entre los cuales dos terceras partes perciben menos de 250 dólares mensuales. La clase política en contubernio con la empresarial brinda una serie de facilidades mediante el ‘régimen de consolidación fiscal’ para que las 400 consorcios más grandes del país tengan exenciones tributarias. Si el pago que realizaran fuera similar al que realizan las pequeñas empresas mexicanas, la contribución de impuesto sobre la renta sería hasta 56% superior.



Pero la Reforma Hacendaria dio un periodo de gracia de 5 años a los 400 consorcios mencionados para poder adecuarse a la nueva regla; por supuesto, ello si no encuentran un argumento legal que extienda esta etapa y que al final permita que ingresen a programas de exención por la regularización de sus pagos. En ese país una empresa puede pagar sólo el 10% de sus obligaciones fiscales y tras un par de años de presentar prórrogas, puede ingresar a un programa que le permita pagar sólo la obligación del último ejercicio mientras que los demás son condonados como premio a su ‘espíritu de regularización’.
Es por lo anterior que son las clases medias las que más pagarán impuestos al aumentar su tributación, aunque es tan mala idea que podría incluso aumentar el número de negocios informales, mismos que ya alcanzan al menos dos por cada tres existentes. No sólo los asalariados pagarán más sino que las empresas bajo el régimen de pequeños contribuyentes pasarán a un régimen de incorporación donde sus obligaciones son mayores y requieren de servicios especializados para llevar a cabo su contaduría.
También es una pésima idea aumentar el gasto público para el próximo año como medida aparentemente anticíclica para combatir la recesión económica en la que México se encuentra inmerso; porque la medida es efectiva siempre que el gasto vaya al rubro de inversiones y no de gasto corriente. En sueldos y salarios se van 7 de cada 10 centavos erogados en la función pública y no toda la burocracia es productiva ni detona la economía: la Secretaría de Gobernación pidió un aumento de más de 250% en su presupuesto y de más de 350% para reforma agraria -que no para el campo- para dar un ejemplo. El endeudamiento del paquete más lo acumulado este año llevarán el indicador de 38 a 40% del PIB, es decir, que se volvería a los mismos niveles que se tenían en el año 2000 y que tanto se buscó disminuir.

El gravamen y el impuesto especial al que serán sujetas las importaciones temporales si bien ayudarán a recaudar más en un principio, a largo plazo restarán liquidez y competitividad a un mercado mexicano que ya no es tan atractivo en manufactura como lo era antes. La homologación de impuestos para las zonas fronterizas también afectará las exportaciones hacia los Estados Unidos, quienes aún siendo los principales aliados comerciales de México, seguirán inclinándose por los productos provenientes de China. El terreno que día a día pierde dicho país difícilmente lo van a recuperar a corto plazo.

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