LA VÍA LÁCTEA
Para medir las
dimensiones del espacio los astrónomos se valen del año luz, que es la
distancia recorrida por la luz en un año, es decir, cerca de diez billones de
kilómetros. Así pues, las estrellas más cercanas a nuestro Sol dentro de la Vía
Láctea están a 4.3 años luz de distancia.
La Vía Láctea es una galaxia
grande. Mide 100.000 años luz de
diámetro y contiene más de 200.000 millones de estrellas. Su gravedad es tan
poderosa, que atrae a otras galaxias cercanas más pequeñas. Y mucho más allá de nuestra Vía Láctea, en la inmensidad
del espacio, innumerables galaxias viajan vertiginosamente por el infinito.
Si pudiéramos observar la Vía
Láctea desde fuera de ella, veríamos el centro abultado, amarillo y brillante,
con forma de balón de rugby, y un delgado disco de color azulado girando
alrededor. La Vía Láctea tiene forma espiral barrada, como un molinillo. El
centro no es redondo, sino algo alargado. Cerca de él están las estrellas más
viejas, rojas y amarillas.
¿Por qué se llama Vía Láctea?
De noche, la Vía Láctea se ve como una franja blanca que cruza todo el
cielo. En latín, Vía Láctea significa camino de leche. Según la mitología
griega, el dios Zeus tuvo un hijo con una mortal. Cuando Hera, su mujer, se
enteró, arrancó el bebé de brazos de su madre mientras lo amamantaba. La leche
se derramó y cayó por el cielo.
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