jueves, 6 de marzo de 2014

Grandes personajes

Compañeros queda poco tiempo para presentarles a grandes personajes, de nuestra historia por no que puedo dejar de mostrar a uno de nuestros héroes poco aclamados pero muy bien recordado, es el Pípilia, héroe insurgente que nos demuestra el valor y el amor a la patria. Sin embargo su presencia tanto en la guerra de independencia como en la vida misma aún es un misterio para muchísimos historiadores.


Juan José de los Reyes Martínez Amaro, apodado el Pípila, nacido el 3 de enero de 1782 en San Miguel el Grande, Guanajuato, hijo de Pedro Martínez y María Rufina Amaro, estudió en su ciudad natal, pero en su juventud entró a trabajar a las minas de Guanajuato, como barretero y después encargado de un grupo de barreteros, a los que manejaba como jefe inmediato. Fue según la leyenda compadre del intendente Riaño, de la Alhóndiga de Granaditas. 
Formó parte de las filas del ejército de Miguel Hidalgo, y participó en la Toma de la Alhóndiga de Granaditas. Juan José de los Reyes apoyaba la causa independiente ya que en esos tiempos eran rudamente castigados por oponerse al rey Carlos III; y por la violenta autoridad de Riaño. Juan José de los Reyes Martínez Amaro decidió unirse a las filas insurgentes, donde conoció a Miguel Hidalgo, y junto con el cual participó en la Toma de la Alhóndiga de Granaditas fortaleza en la cual se almacenaban granos para el tiempo de escasez. 
Todos los embates insurgentes contra la Alhóndiga resultaron inútiles, hasta que Hidalgo y los jefes insurgentes opinaron que sólo podría tomarse la alhóndiga si se quemaba su puerta principal, por la cual podrían pasar los asaltantes. Juan José de los Reyes Martínez arengaba a algunos soldados, y según se cuenta, Hidalgo lo llamó y le habló de la necesidad de quemar la puerta. El Pípila dijo que él lo haría, se cubrió la espalda con una losa y tomando una antorcha encendida de las que usaban los mineros en los túneles y un puñado de varas de ocote, se dirigió a la puerta, entre una lluvia de balas, le prendió fuego, esperando por casi siete minutos para que la gran puerta cediera. 
La Alhóndiga pudo así ser tomada, pero la guarnición realista y los refugiados españoles en ella fueron masacrados, excepto el intendente Riaño, que había caído en el combate.
Se dice que murió el 25 de julio de 1863, en la ciudad de San Miguel de Allende, Guanajuato. Se dice que murió a causa del polvo y gases de la mina.


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