Aparte de los que somos alérgicos a la
introspección, ¿quién no se ha preguntado si alguna extravagancia suya es
normal o señal de locura? Ninguno de nosotros es tan cuerdo como aparenta
serlo, pero nadie puede decir tampoco que cada cosa extraña que hacemos es una
prueba irrefutable de locura. De hecho, muchas de nuestras manías demuestran
que somos solo eso, maníacos, y no que nos falte un tornillo y deban encerrarnos
en una institución mental.
¿Cómo distinguir entre lo que es normal y lo que no?
¿Cómo distinguir entre lo que es normal y lo que no?
A veces, cuando duermo una siesta, tengo sueños raros, y me despierto
pensando que son cosas reales. Solo después de unos segundos,
cuando me despabilo, me doy cuenta de que estaba soñando. ¿Son chifladuras
mías?
¡No está loco! Lo único raro en usted
es que es de las pocas personas que pueden darse el lujo ¡de dormir una siesta!
El consenso unánime de nuestro equipo de expertos es que no está loco. Todos
tenemos sueños raros, así que es normal que al despertarse se sienta confundido
o desorientado por unos instantes, sobre todo si está en un lugar no habitual,
como un hotel. La confusión “es normal porque dura sólo unos segundos”, dice la
psicóloga Margaret J. King, directora del Centro de Estudios y Análisis
Culturales de Filadelfia, quien estudia el comportamiento de diversos grupos
étnicos para determinar qué conductas son universales y cuáles no. “Lo que no
sería normal es seguir creyendo que lo ocurrido en el sueño es real”, señala.
Ese no es su caso, así que relájese.
No hay comentarios:
Publicar un comentario