miércoles, 26 de febrero de 2014




 
 
 
ENHAMED MOHAMED
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Hasta los ochos años Enhamed miraba a una piscina y se quedaba fuera, YA QUE NO SABÍA NADAR. Enhamed era un chiquillo que jugaba en el Parque Santa Catalina y en Las Canteras con sus amigos, como todos los de su edad. Pero Enhamed ya era distinto, se crió en Gran Canaria mientras sus padres vivían en el Sáhara ocupado por Marruecos. Con las presencias y las ausencias Enhamed nunca perdió su sonrisa y siempre estuvo dispuesto a luchar por sus sueños.


Un glaucoma le quitó la vista a Enhamed. El niño de 9 años ya no podría correr por Las Canteras como lo hacía antes. La ciudad se convirtió en una jungla llena de barreras. La arena del desierto saharaui enferma los ojos de muchos niños, los padres de Enhamed creían que en Gran Canaria podría salvarse de ese peligro. Pero el destino no siempre coincide con los deseos, y la maldita enfermedad dejó al niño ciego. En medio de la oscuridad alguien le dio la mano a Enhamed y lo invitó entrar en la piscina del Julio Navarro. La vida le cambió de repente. Enhamed se volvió pez. Ayer el pez se subió al barco de El Correíllo y nos lo contó: fuera del agua todo son obstáculos, dentro puedo ser todo lo que yo quiera”. Aquí, en Atenas o en Pekín Enhamed nos ha demostrado que siempre hay alguien dispuesto a saltar las barreras. El pez grancanario nadó en Beijing animado por miles de personas de todos los países. Batió dos records mundiales y trajo cuatro medallas de oro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario