martes, 4 de marzo de 2014

¿Locos o soñadores?


Aparte de los que somos alérgicos a la introspección, ¿quién no se ha preguntado si alguna extravagancia suya es normal o señal de locura? Ninguno de nosotros es tan cuerdo como aparenta serlo, pero nadie puede decir tampoco que cada cosa extraña que hacemos es una prueba irrefutable de locura. De hecho, muchas de nuestras manías demuestran que somos solo eso, maníacos, y no que nos falte un tornillo y deban encerrarnos en una institución mental.

¿Cómo distinguir entre lo que es normal y lo que no?
A veces, cuando duermo una siesta, tengo sueños raros, y me despierto pensando que son cosas reales. Solo después de unos segundos, cuando me despabilo, me doy cuenta de que estaba soñando. ¿Son chifladuras mías?
¡No está loco! Lo único raro en usted es que es de las pocas personas que pueden darse el lujo ¡de dormir una siesta! El consenso unánime de nuestro equipo de expertos es que no está loco. Todos tenemos sueños raros, así que es normal que al despertarse se sienta confundido o desorientado por unos instantes, sobre todo si está en un lugar no habitual, como un hotel. La confusión “es normal porque dura sólo unos segundos”, dice la psicóloga Margaret J. King, directora del Centro de Estudios y Análisis Culturales de Filadelfia, quien estudia el comportamiento de diversos grupos étnicos para determinar qué conductas son universales y cuáles no. “Lo que no sería normal es seguir creyendo que lo ocurrido en el sueño es real”, señala. Ese no es su caso, así que relájese.

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