EL JOVEN MANOS DE TIJERAS

 

 

Tim Burton nos cuenta un cuento de hadas moderno, donde mezcla realidad y ficción para criticar a la clase media estadounidense, mientras nos transmite una serie de lecciones como el miedo a lo diferente, que lo diferente nos hace únicos y que no siempre los convencionalismos de la sociedad son correctos.

Partiendo de la fabula de Frankenstein, Burton no enfrenta a la criatura con su creador, sino con el mundo que le rodea. A pesar de no haber recibido ninguna educación ética, su corazón no le desea mal a ninguna criatura, cosa muy diferente a lo que pasa con los “perfectos” miembros de la comunidad donde viven los Boggs. La gente acepta a Edward movida por la curiosidad de sus manos, intenta utilizarle para sus propios fines y, cuando se acaba esa curiosidad o sus planes fracasan, vuelcan toda su ira, frustración, violencia e intolerancia sobre el que es diferente, sobre lo que desconocen y temen.

Los personajes secundarios están muy estereotipados, caricaturizados en algunos casos, para usarlos como crítica satírica de la clase media norteamericana, a su inconformismo, a su mezquindad a los ojos de Burton en cuya película también vemos un poco de carácter autobiográfico.

Como conclusión podemos decir que es una amena película familiar que nos enseña que no hay que juzgar un libro por su apariencia y que para entender a los demás a veces es necesario hacer una pequeña auto-crítica sobre nosotros mismos y nuestro entorno.